El día que un menor migrante tutelado cumple 18 años, todo cambia. El sistema de protección desaparece, pero en la mayoría de los casos no hay una transición real ni recursos suficientes para facilitar su integración. Así lo denuncia Amnistía Internacional en su informe A día de hoy, no tengo nada, publicado en marzo de 2025 pero presentado este viernes al Parlamento de Canarias, donde documenta cómo la mayoría de estos jóvenes alcanzan la mayoría de edad sin documentación, sin vivienda y sin apoyos reales.
El informe incluye testimonios como el de Amil, un joven marroquí que fue expulsado del centro al cumplir los 18 años. Solo le entregaron su pasaporte. Durante un tiempo, sobrevivió gracias a la ayuda de una parroquia, pero su solicitud de residencia fue denegada por presentarla fuera de plazo. O el caso de Oumar, de Mali, que vivió en cuatro centros distintos entre los 15 y los 18 años, y al llegar a la mayoría de edad seguía sin papeles ni recursos.
Sin documentación
Este patrón se repite. Una trabajadora social declaró a Amnistía que aproximadamente la mitad de los menores tutelados salen del sistema sin documentación. Esta irregularidad administrativa les impide acceder al mercado laboral, renovar el empadronamiento, obtener tarjeta sanitaria o alquilar una habitación.
Seydou, joven maliense que lleva cuatro años en España, relató: "Nunca me informaron de que podía pedir asilo. Me dijeron que no me preocupara, pero a día de hoy, no tengo nada". Esta frase da título al informe, y resume el sentimiento generalizado entre los jóvenes entrevistados.
Sin información
La mayoría no sabe que puede solicitar protección internacional o que tiene derecho a una prórroga de su residencia. En muchos casos, ni siquiera han sido informados de su situación jurídica. Esta desinformación es una de las principales barreras para su integración.
El problema se ve agravado por la falta de plazas en programas de acompañamiento a la mayoría de edad. Aunque algunas entidades ofrecen apoyo, no existe un sistema público estable ni una estrategia estatal homogénea. La saturación del sistema canario, que acogía a más de 5.400 menores en noviembre de 2024, sin reparto efectivo con otras comunidades, empeora aún más este escenario. Muchos jóvenes cumplen los 18 años en condiciones precarias, sin preparación ni alternativas.
Amnistía Internacional subraya que esta situación es una forma de exclusión institucional. Defienden que el paso a la vida adulta debería estar acompañado por medidas de apoyo sostenido, pero en lugar de eso, marca el inicio de una nueva vulnerabilidad. Una frontera invisible donde la protección se esfuma y la irregularidad se impone como destino predeterminado.
