El lenguaje es capaz de acercar y alejar posturas, sobre todo cuando se pasa de un tono amigable a todo lo contrario porque intervienen varios factores. No es solo lo que se dice, es cómo se dice, es el contexto, el lenguaje corporal y por último las palabras que se emplean. No es lo mismo que en un contexto de broma tu amigo te diga "qué tonto" después de contar un chiste tirando a malo, que una persona que no conoces de nada, en un contexto social diferente te repita la misma frase.
Los insultos son más directos y forman parte del día a día de la mayoría de las personas y en Canarias hay un amplio abanico de improperios típicos, aunque según un estudio de la Universidad de Nebrija y la Universidad de Alicante no son los favoritos.
Los tres ganadores
Según el proyecto de investigación liderado por Jon Andoni Duñabeitia y María del Carmen Méndez Santos se han recogido más de 8.000 insultos y posteriormente se han clasificado según la frecuencia de uso, la edad, origen e identidad de género de los hablantes.
Entre todos ellos destacaron 83 y de esos 83 se desglosaron los tres más usados por comunidad autónoma. El trío ganador en Canarias es: gilipollas, cabrón o cabrona y subnormal.
Una peculiaridad es que la palabra gilipollas es la favorita en todo el territorio español. "Hay muchas maneras de decir un insulto, y que la expresión pase del insulto a la alabanza es a veces cuestión de una sonrisa, una palmada en la espalda, o un tono concreto, aunque hay muchas maneras mejores de felicitar sin recurrir a un léxico grosero y machista”, afirmó Duñabeitia,