En los últimos días se ha dado a conocer una segunda sentencia que falla que el Circuito del motor de Tenerife tiene su declaración de impacto ambiental caducada. Pese a que la Justicia ha dado la razón por segunda vez a la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) las palas mecánicas continúan trabajando en los terrenos. ¿Por qué sucede esto?
La principal razón por la que las obras siguen adelante es porque las dos sentencias, que afectan a dos de los tres proyectos que conforman la primera fase del Circuito del motor, no son firmes. Como el Cabildo de Tenerife, que es único impulsor del proyecto, ha recurrido las dos sentencias, las obras continúan hasta que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
A la voluntad
Solo quedarían dos opciones para que las obras se paralizaran: que la Justicia dictara la paralización de las mismas o que el propio cabildo quisiera paralizarlas a la espera de que se pronunciara el TSJC.

Desde la institución insular no han querido responder al respecto de si las obras van a continuar hasta el pronunciamiento del TSJC. Tampoco han querido responder sobre el hecho de que en septiembre se informó de que se revisaría el proyecto después de haber encontrado nuevas especies protegidas y yacimientos arqueológicos o sobre si ha habido algún pronunciamiento al respecto de la Comisión de Evaluación Ambiental de Tenerife.
Hasta que sea tarde
Esta comisión ya avisó en 2022 al cabildo de que para dotar de seguridad jurídica al proyecto era aconsejable hacer una nueva Declaración de Impacto Ambiental. Ahora es la Justicia, en primera instancia, la que determina que se debe hacer un nuevo informe ambiental, sin embargo, el miedo para ATAN es que continúen las obras y sea demasiado tarde para preservar a las especies protegidas.
De hecho, según valoran fuentes de ATAN, “el Cabildo de Tenerife no tiene ninguna intención de parar o suspender las obras, al contrario, pretenden ganar tiempo para finalizar las obras antes de que se produzca alguna sentencia firme contraria a sus intereses”.

La primera fase
En diciembre de 2023 el cabildo adjudicó la Fase I del Circuito del Motor de Tenerife a la UTE Sacyr Construcción y a Contratas y Servicios Bahillo por 44.342.634,42 euros. Esta fase incluye los proyectos de construcción de las explanaciones e instalaciones para graderíos desmontables, el modificado de la pista de velocidad y el Plan de Defensa contra Avenidas. Este último y las gradas son los proyectos contra los que ha fallado la Justicia.
Las obras comenzaron tras la licitación en septiembre por 186.145,37 euros del cercamiento del terreno donde se está llevando a cabo la construcción. Desde entonces, se están llevando a cabo obras en los terrenos.

