El aeropuerto de Tenerife Norte (TFN) es, según un estudio, el principal candidato europeo para abaratar el precio de los billetes tras la retirada de Ryanair. Así lo asegura una investigación elaborada por la web de análisis y comparaciones Casino.org, que otorga a la instalación un 70% de probabilidad de bajada de tarifas.
La clave de esta afirmación está en la competencia. En Los Rodeos seguirán operando ocho compañías aéreas, con Vueling como representante del segmento de bajo coste. Esta presencia múltiple de operadores evita que la salida de Ryanair se traduzca en un encarecimiento de los precios. Al contrario, genera un escenario en el que las aerolíneas se ven obligadas a ajustar sus tarifas para captar a los pasajeros que antes viajaban con la compañía irlandesa.
Previsión de bajada de precios
El informe subraya que la aerolínea de bajo coste no tenía un papel dominante en Tenerife Norte, lo que refuerza la previsión de descenso en los precios. La situación es muy distinta en otros aeropuertos españoles, como Valladolid, Santiago o Vigo, donde Ryanair sí era la principal operadora y su marcha deja el mercado reducido prácticamente a Vueling, con un efecto directo de encarecimiento. También en Jerez se aprecia un escenario menos favorable, pese a contar con 14 aerolíneas, porque la presencia de Ryanair era más significativa.
En el plano europeo, Tenerife Norte comparte liderazgo en opciones de abaratamiento con Leipzig/Halle y Dresde, dos aeropuertos alemanes que también mantienen una oferta amplia de aerolíneas y alternativas low-cost.
La salida de Ryanair de Tenerife Norte
Ryanair anunció que dejará de operar en Tenerife Norte a partir de la temporada de invierno, eliminando todas las rutas que mantenía desde Los Rodeos hacia la Península. Esta decisión forma parte de un recorte generalizado que la aerolínea está aplicando en España: elimina un millón de asientos a nivel nacional, de los cuales 400.000 corresponden a Canarias. Aunque la compañía seguirá operando en Tenerife Sur, el anuncio altera el reparto de capacidad entre las dos terminales.
En el núcleo del conflicto está una larga disputa por las tasas aeroportuarias que Aena ha impuesto. El desencuentro data de febrero de 2024, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia autorizó un incremento del 4,09 % en las tarifas aeroportuarias. Aunque luego se decidió congelar esos aumentos para 2025, la tensión volvió en julio, cuando Aena aprobó otro alza del 6,5 % para 2026, justificando que esos recursos servirían para invertir en grandes infraestructuras como Barajas, El Prat y otras terminales.
Ryanair reaccionó con fuerza. En enero de 2025, ya advirtió que eliminaría 800.000 plazas para el verano, argumentando que las tasas hacían inviables muchas de sus rutas regionales. En abril profundizó su postura con otras advertencias, mientras que Aena respondió que ceder a la presión de una aerolínea sería “una grave ilegalidad”.
A lo personal
El enfrentamiento no se quedó en lo institucional: tomó matices personales y simbólicos. Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair Holdings, calificó públicamente al ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, como “ministro loco comunista” y protagonizó una campaña publicitaria caricaturesca con él bajo el lema “precios locos”. El Gobierno, por su parte, no cedió ante esas ofensivas: Bustinduy afirmó que no participaría en “excentricidades de un millonario” y otras autoridades defendieron que España no aceptaría decisiones arbitrarias.
La medida en Tenerife Norte no es aislada, sino parte de una estrategia más amplia de reorientación de Ryanair. La compañía está transfiriendo capacidad a mercados considerados más rentables, como Italia, Croacia, Albania, Marruecos o Suecia. En paralelo, Ryanair acusa que Aena privilegia los grandes aeropuertos por encima de los regionales, dejando a estos últimos con tarifas que penalizan su competitividad.
