La Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha emitido hace unos días un informe demoledor (al que ha tenido acceso Atlántico Hoy) sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado el 2 de octubre por Azul Handling —empresa que presta servicios de handling al Grupo Ryanair— y que afecta a varias decenas de trabajadores en Canarias. El ERE contempla 151 despidos y 36 reducciones de jornada en cinco aeropuertos del país, entre ellos Tenerife Norte (TFN) y Gran Canaria (LPA).
Ryanair comunicó una reducción del “10% en las Islas Canarias”, dentro del recorte general de actividad anunciado el 3 de septiembre de 2025. Ese ajuste incluye la retirada completa de operaciones en Tenerife Norte, lo que deja sin actividad al personal de Azul Handling en esa base.
Tenerife Norte, un cierre avalado
Sobre la situación de Tenerife Norte, Trabajo admite que el ERE está avalado: "Se afecta a todo el personal fijo adscrito al aeropuerto de Tenerife Norte (…) como consecuencia de que Azul Handling va a dejar de tener actividad en dicho aeropuerto al finalizar el Grupo Ryanair su operativa en el mismo". El documento considera lógico que, en un cierre total de base, no sean necesarios los recursos humanos asignados a ella.
El informe también recoge que en Vigo – Peinador (VGO) ocurre lo mismo: Ryanair cancela la operativa por completo y Azul Handling extinguirá toda la plantilla fija adscrita al aeropuerto. En ambos casos, la Inspección acepta que existen causas objetivas por el cierre. Sin embargo, estos dos cierres avalados son la excepción dentro del ERE.
ERE de Ryanair en Gran Canaria: dudas
En el aeropuerto de Gran Canaria (LPA), el informe recoge que "se afectará exclusivamente a 33 trabajadores", de los cuales 20 serán despedidos y 13 verán reducida su jornada. La empresa fundamenta estas decisiones en una reducción de actividad del Grupo Ryanair.
La inspección, sin embargo, subraya que los criterios aplicados en Gran Canaria—como idiomas, polivalencia, cargas familiares o antigüedad— "no tienen prelación y carecen de baremación objetiva y verificable", y recuerda que ello permite un margen de discrecionalidad que no se ajusta a los estándares exigidos. Además, insiste en que no se aportaron datos oficiales que acreditaran que la caída de actividad fuese irreversible, ni documentación de AENA o Ryanair que sostuviera la necesidad de una reestructuración permanente.
Un ERE sin acreditar ni negociar
El informe recoge que Azul Handling no presentó información suficiente para demostrar que la causa era estructural. Entre otros pasajes, señala que "no se han aportado certificados oficiales de programación de vuelos de Ryanair ni datos de AENA que acrediten la supuesta irreversibilidad de la caída de actividad". También recuerda que la empresa entregó documentación incompleta o tardía.
En cuanto a la negociación, la Inspección refleja la versión de la representación de los trabajadores de UGT, que denunció "una ausencia absoluta de negociación". Las dificultades de la inspectora para entrevistarse con la empresa también se dejan por escrito: "No ha sido posible entrevistarse con la representación empresarial (…), se han enviado numerosas comunicaciones solicitando datos que se han enviado tarde o incompletos".
Un punto especialmente relevante aparece cuando Azul Handling justifica que determinados contratos inicialmente candidatos a reducción de jornada fueron finalmente extinguidos porque —según la empresa— no podía imponer una reducción sin consentimiento del trabajador. La inspección rebate esta interpretación y afirma que la compañía debía justificar por qué no eran viables otras alternativas menos lesivas. "La medida solicitada por la empresa es desproporcionada", afirma Trabajo.
UGT recurre el ERE
Fuentes de UGT consultadas por Atlantico Hoy confirman que, aunque la Inspección sí avala los cierres de Tenerife Norte y Vigo, el sindicato ha recurrido el ERE al completo ante un juzgado de lo Social, buscando la nulidad del expediente completo.
El motivo, explican, es que el ERE está viciado en su conjunto: la ausencia de negociación, la falta de acreditación de causas permanentes, los criterios de selección poco objetivos, la sustitución de reducciones de jornada por despidos y la carencia de datos oficiales afectan a la validez global del procedimiento.
Según estas mismas fuentes, el informe de Trabajo es fundamental para la demanda judicial porque respalda lo que llevaban denunciando desde el primer día. Aunque la Inspección no puede frenar un ERE, su valoración técnica es determinante en una posible nulidad.
